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Manual sobre los fundamentos de la criminología (página 2)



Partes: 1, 2

Se analiza la intensidad, es decir, la
calidad de la delincuencia desde el punto de vista
criminológico. Es útil sobre todo a efectos de
política criminal. Se distingue entre débil, media,
elevada, menos grave, grave y muy grave.

La frecuencia, por su parte, es un
índice de criminalidad en relación con la
variación que sufre durante periodos de tiempo.

La frecuencia debe referirse sobre todo a largos
periodos de tiempo. Ferri ya lo hizo en su día,
concluyendo que el incremento de población conllevaba un
incremento de la criminalidad general.

Los factores geográficos, son
otros antecedentes que debe abordar la imagen del
delincuente:

Desde el medio físico, en referencia a la
frecuencia de determinados delitos.

La vida rural contra la vida urbana, pues la
delincuencia urbana es cuantitativamente mayor, y
cualitativamente distinta.

Los factores económicos, pues,
unos dicen que el desarrollo disminuye la delincuencia, pero
otros, sostienen que es al contrario al aumentar los conflictos y
complejizarse las relaciones de interés.

Por último, influyen en la imagen del
delincuente, los factores culturales. El
grado de formación no hace disminuir la delincuencia, pero
sí la hace menos brutal o primitiva. Produce
especialidades delictivas (delitos
informáticos).

Clases básicas de
delincuencia

Convencional: en cualquier tipo de
sociedad y son las que infringen las normas jurídicas
oficiales de los distintos Estados contra la propiedad, contra
las personas, contra la salud pública, contra la
integridad física, contra la libertad general, contra la
libertad sexual.

Características:

Modus operandi: Violencia.

Mejora de los medios de
comisión.

Incremento de crímenes
violentos.

Los grupos ultras son
característicos de nuestras sociedades, de actividades
revolucionarias ligadas a una ideología política
normalmente.

También son características las dudosas
maniobras económicas de grandes empresas,
fundamentalmente, la de cuello blanco.

No convencional: aquella que lesiona
bienes jurídicos tan importantes o más que los
anteriores, pero no sancionados jurídicamente o bien
sancionados desde hace poco tiempo. Ejemplo:
genocidio.

Características:

Se altera el orden jurídico – penal
de los valores
. Ej.: el Estado es el delincuente, el
agresor, no el protector.

Mantenimiento del poder a toda costa
(movimientos militares) con la creación ficticia de muchos
delitos comunes.

Figuras delictivas habituales de las sociedades
post – industrializadas
.

Aparecen por contradicción: se
predica el estado de bienestar pero hay grandes bolsas de
pobreza; se predica el pluralismo e igualdad pero hay más
marginación.

Delincuencia organizada, incluso
institucionalizada; Tráfico de estupefacientes, de
divisas, comercio humano, fraudes de subvenciones, tráfico
de armas, blanqueo de dinero.

Corrupción de funcionarios y
tráfico de influencias
.

Abuso de información
privilegiada.

Manipulación empresarial,
revelación de información.

Delitos informáticos.

Delitos ecológicos.

Fraudes con productos
sanitarios.

Piratería audiovisual.

Estafas masa.

Abusos de crédito (fraudes en operaciones
financieras).

Delitos fiscales.

Delitos contra la seguridad
social.

Terrorismo.

D.- FACTORES PREDISPONENTES Y
DETERMINANTES DEL DELINCUENTE

Nadie debiera arrogarse la verdad teórica en
materia de criminalidad: el delito es un fenómeno
complejo, variante y policausal. Las variables asociadas con la
evolución de la actividad criminal pueden agruparse en
factores, según su naturaleza y modo de operar sobre el
nivel del delito, como se expone a
continuación:

1.- Factor socioeconómico: los
incentivos. La literatura ha comprobado que los ciclos
económicos, el desempleo en grupos vulnerables (hombres
jóvenes de nivel socioeconómico bajo y,
fundamentalmente, la desigualdad social son variables fuertemente
asociadas a aumentos o disminuciones en el nivel agregado de
delito.

Estas variables obran como incentivos o desincentivos de
la actividad criminal. Contrariamente a la creencia difusa, la
pobreza no constituye una causa directa de la
delincuencia.

2.- Factor demográfico y socio
cultural
: dentro de este factor se ubican variables que
operan como incentivos, grado de urbanización y cantidad
de hombres jóvenes. Y variables que obran como barreras de
ingreso a la actividad criminal: familia, escuela y
comunidad.

En efecto, dado que el crimen es un fenómeno
típicamente urbano, incrementos bruscos de
urbanización y migraciones internas se encuentran
fuertemente asociados con incrementos en las tasas de
delitos.

Las situaciones de exclusión social debidas a la
cesantía o a la marginalización prolongada, al
abandono escolar o al analfabetismo y a las modificaciones
estructurales de la familia, parecen ser factores que se
encuentran frecuentemente entre las causas sociales de la
delincuencia.

Distintos estudios sobre el perfil del victimario han
llegado a la misma conclusión: el delito es una actividad
que involucra mayoritariamente  a hombres jóvenes,
quienes constituyen el principal grupo de riesgo o vulnerable. Es
por ello que incrementos en la proporción de hombres
jóvenes sobre el total de la población coinciden
con periodos en donde se observa un incremento en la tasa de
delitos.

3.- Factor institucional: los riesgos y
los costos. El Estado interviene sobre la sociedad
(sistema de seguridad) en orden a proteger la vida, libertad y
propiedad de su población y garantizar el orden
público. Al intervenir, desde la perspectiva de la
economía del crimen, está imponiendo riesgos y
costos al accionar criminal. En efecto, un individuo incentivado
a cometer delitos (factor socioeconómico y
demográfico), y sobre el que existan frágiles
barreras de ingreso a la actividad criminal (factor
socio-cultural) para operar deberá sortear los riesgos
(policía) y costos (justicia y cárcel) que impone
el Estado al proteger los derechos de los ciudadanos.

Es evidente la responsabilidad institucional dada la
inadecuación del sistema de justicia penal
(policía, justicia y cárceles) a la delincuencia
urbana y a su crecimiento.

4.- Factores que se refieren al entorno urbano y
físico:
entre las causas ligadas al entorno,
señalamos la urbanización incontrolada, la carencia
de servicios urbanos, la ausencia del concepto de seguridad en
las políticas urbanas, el surgimiento masivo de espacios
semi-públicos (mall, estaciones, etc.), la promiscuidad y
la ilegalidad de barrios trasformados en zonas bajo el control de
pequeñas mafias locales.

El crecimiento de la delincuencia urbana en muchas de
las grandes ciudades del mundo durante los últimos 20
años ha llegado a constituir un problema serio. En los
países del Norte, en los centros urbanos de más de
100.000 habitantes la criminalidad, en particular la
pequeña delincuencia, ha crecido en entre el 3 y el 5%
anual durante los años 70 a 90. A partir de los
años 90, debido a políticas de prevención y
de refuerzo de aplicación de la ley, la tasa de
criminalidad urbana ha empezado a estabilizarse con
excepción de la criminalidad de los jóvenes (12-25
años) y en particular la de los menores (12-18
años). Esta criminalidad se ha vuelto siempre más
violenta y la edad de ingreso en la actividad delictual ha
disminuido de 15 a 12 años.

En los países del sur, a partir de los
años 80, la criminalidad común ha crecido y tiende
a aumentar hoy en día, mientras, la violencia de los
jóvenes crece de manera exponencial. Fenómenos como
los niños de la calle, el abandono escolar y el
analfabetismo, la exclusión social masiva, el impacto de
las guerras civiles y el comercio ilegal de armas ligeras han
acentuado este proceso.

Este aumento de la criminalidad se desarrolla en un
contexto caracterizado por una parte por el crecimiento del
tráfico y del abuso de drogas. Por otra parte coexiste con
la globalización de la criminalidad organizada que
contribuye a inestabilizar regímenes políticos, a
incrementar los efectos de crisis económicas, como en Asia
o en México en la década de los 90, y que incorpora
algunos jóvenes delincuentes como mano de obra poco
costosa.

E.- CARACTERÍSTICAS DE LA
VÍCTIMA

La víctima sólo tuvo protagonismo cuando
la venganza privada se aceptaba. Posteriormente se olvidó
durante siglos. Hasta hoy.

Algunos autores piden que la víctima cobre
más protagonismo en el proceso.

Una legislación futura debe estar más
orientada a la víctima, y no ser considerada sólo
como sujeto pasivo del delito, sino como agente provocador,
interactivo.

Hasta ahora se tendía a la víctima como
objeto de compensaciones. Ahora habría que considerar su
papel como colaborador en la aparición del
delito.

Para el Derecho Penal, la víctima es el sujeto
pasivo del delito.

Criminológicamente, es un concepto parcial y
también tiene un papel activo.

La Víctima es la persona
lesionada en un bien jurídico protegido.

El Congreso de la O. N. U. sobre prevención del
delito y tratamiento del delincuente (Milán, 1985),
circunscribe el ámbito de la víctima a las
condiciones legalmente penadas.

Sin embargo, desde el punto de vista
criminológico existen daños no tipificados que
pueden causar más daño que los
tipificados.

Tipología de la
víctima

El origen de la víctima puede ser múltiple
y se señala la siguiente tipología
(Landrove):

Víctimas no participantes:
desconectadas previamente del victimario, son elegidas al azar.
Ej.: tirón callejero o atentados en lugares
públicos.

Víctimas participantes: la
incitación de la víctima opera y desencadena, ya
sea voluntaria o involuntariamente. Ej.; dejar a la vista cosas
de valor.

Víctimas ocasionadas por relaciones
próximas:
familiares (malos tratos),
sentimentales (asesinato por celos), laborales
(explotación).

Víctimas sin conciencia de
víctima:
como, por ejemplo, en los delitos socio
– económicos (estafas masivas de medicamentos,
fraudes de seguros, especulación en bolsa). Afectan a la
mayoría de la población, pero ésta
actúa como si no fuera con ella.

Víctimas especialmente vulnerables o
víctimas natas:
las con gran probabilidad de
convertirse en víctima en función de circunstancias
de diversa naturaleza. Se distingue entre factores personales
(edad, estado físico o psíquico, sexo,
orientación sexual) y factores sociales (posición
económica, ubicación de la vivienda, contacto con
grupos marginales).

E.- VICTIMOLOGÍA Y
VICTIMIZACIÓN

La victimología se ha definido en el simposio, en
Jerusalén 1973. En este simposio se definió a la
victimología como el estudio científico de la
víctima.

Gulotta, 1976, entiende que la victimología es la
disciplina que tiene por objeto el estudio de la víctima
de un delito, de su personalidad, sus características
biológicas, psicológicas, morales, sociales y
culturales, sus relaciones con el delincuente y e papel que ha
desempeñado en la génesis del delito.

La víctima siempre ha sido la gran olvidada, la
Criminología siempre se ha centrado en estudiar al
delincuente, la etología del crimen, la profilaxis del
mismo, pero en ningún aso a la víctima hasta 1973.
Incluso el Derecho Penal, todo el proceso penal gira alrededor
del delincuente, pero la víctima aparece desprotegida
cuando ésta necesita resocialización y
reinserción.

A partir de la II Guerra Mundial, se produce la
autoafirmación de la victimología. Esa
desconsideración hacia la víctima tiene su
razón de ser. La víctima había sido
neutralizada ya que en momentos históricos la justicia
punitiva se realizaba por la víctima, esta
situación se ve superada a partir del siglo XVIII, cuando
aparece el "Ius Puniendi" (derecho de castigar) por parte del
estado. Esto supuso el enjuiciamiento de los delitos desde el
punto de vista de la colectividad, es cuando la víctima
cae en el olvido.

El delincuente despierta sentimientos de curiosidad,
"ninguna víctima ha pasado a la historia".

Los orígenes de este movimiento se deben a dos
autores, Von Henting (alemán) y Mendelsohn
(Israelita).

El mérito de Von Henting, es
haber explicado de una manera clara la relación existente
entre la víctima y el agresor, habla de "pareja criminal".
Es a partir de este concepto que se baraja la idea de que el
hecho criminal no es más que una interacción entre
el agresor y la víctima, hizo clasificaciones de las
víctimas, también hizo un estudio
psicológico de éstas.

Mendelsohn hizo también una
clasificación y acuñó el término
Criminología, divide a las víctimas en 5
grupos.

Víctimas totalmente inocentes:
son aquellas víctimas que no han hecho nada para
desencadenar la acción criminal, son totalmente ajenas a
la actividad del delincuente.

Víctima provocadora: es la que
con su conducta incita al hecho criminal.

Víctima por ignorancia: es
aquella que da facilidades para su propia victimización
sin saberlo.

Víctima voluntaria: pone de
manifiesto una colaboración con el delincuente
(eutanasia).

Víctima agresora: hay de dos
tipos:

Simuladora, es aquella que acusa
falsamente.

Imaginaria, inventa su propia
condición de víctima cuando no se ha producido
ninguna infracción.

Ahora bien, el interés por la victimología
viene dado por tres factores:

1.- Se perfeccionan y proliferan las encuestas
de victimización
(encuestas que se realizan entre la
población general). En el año 70 hay una
proliferación de estas encuestas, permiten obtener datos
reales sobre la población victimizada. Así
disminuye la cifra negra de los delitos.

2.- Las feministas llaman la
atención sobre la violencia que se dirigía hacia la
mujer.

3.- Se debe a las aportaciones de la
psicología social
, que elaborará un conjunto de
teorías que serán utilizadas para explicar
determinados comportamientos y resultados
victimológicos.

La victimología se
preocupará por las indemnizaciones a las víctimas,
elaborar y ejecutar programas de ayuda a las víctimas,
realizará estudios para dar una mayor comprensión
del fenómeno criminal, centrándose en la
predisposición victimaria de determinadas personas, con el
fin de elaborar programas de prevención.

Se habla de victimización primaria, secundaria y
terciaria.

Victimización primaria

Es una experiencia individual, directa de la
víctima en el delito. Esta experiencia supondrá
diversas consecuencias en la víctima, de índole
física, psíquica, económica, social,
etc.

Tras la comisión del delito, los daños que
pueda sufrir la víctima, no sólo pueden ser
daños físicos, sino que también un severo
impacto psicológico.

Tras una agresión, la víctima se siente
impotente con miedo a que la agresión se repita (ansiedad,
angustia o abatimiento), e incluso sentimientos de culpabilidad
con relación a los hechos.

La respuesta de la sociedad no siempre es solidaria, en
el mejor de los casos compasión.

Victimización
secundaria

No es la relación víctima agresor, sino
que, la relación de la víctima con el sistema
jurídico penal.

Eso supone una segunda experiencia, puede ser más
cruel que la victimización primaria, porque el contacto de
la víctima con la administración de justicia,
despierta sentimientos de índole variada (perder el
tiempo, malgastar el dinero, ser incomprendida, no se le escucha,
etc.)

En muchas ocasiones las víctimas tienen el
sentimiento de convertirse en acusada (delitos de
violación).

La victimización secundaria es más
perniciosa que la primaria, es el propio sistema el que victimiza
a quien solicita ayuda, justicia, protección.

Todo esto ha dado pie a diversos programas:

1.- Programas de asistencia inmediata:
están dirigidos a paliar las consecuencias primarias del
delito, los destinatarios son colectivos específicos
(ancianos, niños, mujeres violadas). Suelen correr a cargo
de la administración.

2.- Programas de reparación o
restitución a cargo del propio infractor:
es el
infractor quien mediante el pago de una cantidad o la
realización de una determinada actividad tratará de
corresponder reparando el daño que ha causado. Este
programa se introdujo en Gran Bretaña y en EE.UU., en el
Código Penal español de 1995, se introduce este
programa pero de forma difusa.

3.- Programas de compensación a la
víctima:
interviene la administración
pública. Está basada en la idea de solidaridad
social hacia la víctima inocente. Hay una necesidad de que
el estado asuma unos costos, que tiene su origen en el fracaso
del estado en la prevención del delito.

4.- Programas de asistencia a la víctima
testigo:
dirigidos a la víctima que ha de actuar
como testigo en el proceso penal, se informa y asesora a la
víctima testigo y al mismo tiempo se la protege de la
coacción y del posible impacto negativo de los agentes del
control social formal.

Victimización
terciaria

Es una victimización del delincuente. En
ocasiones el delincuente puede convertirse en una víctima
institucional, en determinadas situaciones se le puede considerar
víctima de unas estructuras injustas, circunstancias que
le llevarán a la comisión del delito.

Esta marginación social es debida al
interés de determinados grupos dominantes, con ello
quieren seguir con esa posición de privilegio. Es con
estos delincuentes con los que el Estado utilizará toda su
fuerza.

Al hablar de victimización terciaria, se puede
pensar que se produce una primera victimización debido a
esas estructuras injustas, pero una vez que se entra en la
prisión se produce la victimización penitenciaria,
se produce fundamentalmente por el hacinamiento,
sobrepoblación de los centros penitenciarios.

Al claro factor criminógeno de la cárcel,
habría que añadir que también es un claro
factor victimógeno. Al condenar a un individuo se le
condena no sólo a la privación de libertad, sino
que también se le condena a su propia
victimización.

La victimización carcelaria, destaca por su
crueldad, tratos vejatorios, dificultad laboral, la consecuencia
es la ociosidad; el recluso tiene demasiado tiempo dedicado a la
inactividad. Pero también hay agresiones sexuales, ley del
terror y ley del silencio, existencia de mafias carcelarias,
circulación de drogas.

Ante esta situación, no es de extrañar que
el recluso recurra al suicidio o supuestos de anorexia. Hay una
pérdida de interés, de iniciativa, de cualquier
valor. No es de extrañar que los individuos estén
dispuestos a matar, llegados a esta situación existe una
responsabilidad de la administración.

F.- INSTANCIAS FORMALES E INFORMALES
DEL CONTROL SOCIAL

El Control Social es el conjunto de
instituciones, estrategias y sanciones sociales, que pretenden
promover y garantizar el sometimiento del individuo a los modelos
y normas comunitarias.

El uso originario del término Control Social se
remonta a la segunda mitad del Siglo XIX en los EE. UU.,
encontrándose indisolublemente asociado a la impostergable
necesidad de integrar en un mismo marco social las grandes masas
de inmigrantes que como fuerza de trabajo acudieron a la
convocatoria migratoria generada por el proceso de
industrialización de la naciente potencia
norteamericana.

La perentoria demanda organizativa de este cúmulo
poblacional migratorio, caracterizado por su variada
cosmovisión cultural, religiosa, etc., demandó la
necesidad de localizar vías sociológicas de
integración que superaran estas diferencias culturales y
que a partir del desarrollo de normas comportamentales,
garantizaran una convivencia social organizada.

A raíz de ello aparece el fenómeno del
Control Social.

La paternidad científica de la expresión
Control Social pertenece al sociólogo norteamericano
EDWARD ROSS, quién la utilizó por primera vez como
categoría enfocada a los problemas del orden y la
organización de la sociedad, en la búsqueda de una
estabilidad social integrativa resultante de la aceptación
de valores únicos y uniformadores de un conglomerado
humano disímil en sus raíces étnicas y
culturales.

El sentido otorgado por ROSS a este nuevo concepto
excluía, de cierto modo, los controles estatales, tanto
legales como políticos, los que en la práctica
demostraron su inoperancia para construir la necesaria
armonía social. Desde esta perspectiva, la esencia
controladora sería asumida por la sociedad a través
de la interacción social persuasiva, de la cual se
derivaba el modelamiento de la conciencia individual a las
necesidades de su entorno, produciéndose entonces un
proceso de asimilación e internalización individual
de las normas culturales. El enfoque de este autor, radicó
en una identificación única de las "necesidades
culturales", concepción excluyente basada en la conocida
cultura del W. A. S. P. (white-anglosaxon-protestant),
constitutiva a su vez de los principios del "American way of
life
".

El control social es importante ya que en toda sociedad
hay una lucha entre el individuo y la sociedad. La sociedad
necesita ejercer su dominio sobre el individuo y despliega una
gama de mecanismos que aseguren la conformidad del individuo a
las normas sociales.

Hay dos tipos de control social:

Uno, de ellos informal que está
constituido por la familia, escuela, trabajo, amigos,
etc.

Y, a su vez, un control social formal
constituido por policía, la justicia, por la
administración penitenciaria.

El control social informal pretende, a
través de sus agentes, condicionar la conducta del
individuo a las normas sociales, pretende que el individuo
interiorice unas pautas de comportamiento que son aprendidas y
transmitidas de generación en generación, es cuando
un individuo no aprende estas normas cuando entra el control
social formal a través de la coacción.

El control social informal:

La familia: desde un punto de vista
cultural, la familia constituye un grupo mínimo
fuertemente organizado y está constituido por los
cónyuges y los descendientes.

Se dan aquí dos tipos de relación, una
relación entre cónyuges y una relación
paternofilial, en la cual la figura del padre simboliza la
autoridad y la dominación. Esta dominación y
superioridad, se traslada al domino de las actividades
económicas, junto con la relación conyugal,
está la relación de los padres con los hijos, la
madre es el elemento fundamental de las relaciones afectivas, el
padre define el status familiar dentro de la sociedad, la madre
como centro educativo y disciplinario. Para que este
núcleo funcione uno de los dos miembros tiene que
dedicarse a la organización.

El hombre desempeña una gran función, de
esta manera atrae a la mujer y se reafirma su valor personal y su
confianza en sí mismo.

La madre es el modelo de disciplina, quiere que sus
hijos se conviertan en ciudadanos tolerantes que se adapten al
mundo adulto. La madre tiene un gran problema, la niña,
aprende directamente sus ocupaciones futuras, pero el niño
no encuentra en el padre el modelo, el niño se da cuenta
de la valoración interior de la mujer, descubre que se le
está criando como mujer, eso explica que ante el hecho de
que el niño observe los patrones de conducta de la mujer
reaccione de manera violenta contra la disciplina de la madre. El
padre ha perdido la capacidad de figura a imitar, aparecen otras
instancias paralelas a la del padre (colegio, barrio, t.v.,
amigos…). El padre llega a ser una figura abstracta de
autoridad que para mantener su status se ha de convertir en un
"superpadre", eso conlleva que el hijo acepte fácilmente
toda forma de autoridad mientras sea presentada con
fuerza.

La madre pasa de ser un ente amoroso, a planificar la
educación de los hijos, racionaliza sus actitudes y el
cariño que ha de dar a los hijos.

No es de extrañar que en el siglo XX el papel
principal de la familia se centre en la función
ideológica, en la transmisión de modelos de
autoridad. La familia en el siglo XX ha formado para la sociedad
una serie de individuos que desde la infancia están
sometidos a la autoridad familiar, que en la época adulta
valorarán la autoridad, la rigidez. Su visión de la
sociedad se regirá con la convencionalidad, se
valorará todo lo masculino, el poder y el poder de la
propiedad.

Se produce la intolerancia hacia todos aquellos que no
son igualmente fuertes y poderosos, se rechaza todo lo que es
diferente, la mujer, las emociones, la pobreza, s rechaza la
falta de conocimientos. De esta manera la fuerza del padre se
realza.

La Escuela: es la segunda instancia de
control social informal y reproduce la misma función
autoritaria.

El maestro exige una serie de actitudes que han de ser
aceptadas sin que el alumno pueda emitir ningún juicio de
desaprobación y, si lo hace, será rebelde y esto es
peligroso para los demás.

Plano laboral: sigue estando marcado por
la autoridad, trascendencia que supone para el trabajador su
empleo (salario, posibles ascensos).

Se juntan dos puntos, que el trabajador se sienta
útil y la posibilidad de recibir un salario. En el mundo
laboral se dan criterios de autoridad, los intereses de las
instancias productoras y los intereses del estado van paralelos.
Cualquier exigencia laboral, pasa a ser un ataque al orden
social, será en realidad una acción
criminal.

Las mayores garantías de éxito, no pasan
por un endurecimiento del control social formal, pasan sobretodo
mediante una adecuada conjunción de las dos instancias del
control social, no ha de haber una supremacía de una sobre
la otra.

III UNIDAD

Funciones de la
criminología

A.- LA CRIMINOLOGÍA COMO
CIENCIA EMPÍRICA E INTERDISCIPLINARIA

La metodología interdisciplinaria de la
Criminología permite además coordinar los
conocimientos obtenidos sectorialmente en los distintos campos
del saber por los respectivos especialistas, eliminando
contradicciones y colmando las inevitables lagunas.

Psiquiatría

Se ocupa de lo psíquicamente anormal, de sus
formas de manifestación, causas psíquicas y
corporales y de la posibilidad de tratamiento físico y
mental.

La psiquiatría tiene un campo de
aplicación amplio, se ocupa del fenómeno criminal
de una forma marginal, será un aspecto de los muchos que
estudia la psiquiatría. Los criminales representan un
pequeño porcentaje.

La aportación de la psiquiatría es
importante sobretodo en psiquiatría forense, donde la
aportación de estos en un proceso penal determinará
la imputabilidad criminal.

Psicología

No puede hablarse de psicología criminal
independiente, debido a la rivalidad entre psicología y
psiquiatría, estos han dejado la Criminología en un
segundo plano.

La psicología trata de la vida psíquica y
llamada normal, también abarca una multitud de campos
siendo el campo criminal uno de los muchos que trata. La
psicología forense tendrá una aportación
importante no sólo en materia penal sino también en
materia civil.

Sociología

El delito es una vulneración de las normas
sociales. A partir de la II Guerra Mundial las teorías
sociológicas cobran importancia.

Se centrará en todos aquellos aspectos que van a
tener repercusión en el hecho criminal, se
mantendrá por algunos sociólogos (Durkheim) que
criminalidad y delincuencia forman parte de toda sociedad
sana.

Etología

Ciencia que estudia comparando el comportamiento animal
y el comportamiento humano. El error en que los etólogos
caen es el tratar de extrapolar, todos los conocimientos
obtenidos de los animales al hombre. No obstante es interesante
cuando explica fenómenos como el miedo o la
agresión, elección de pareja, comportamiento sexual
de las especies.

Relación con disciplinas que se ocupan del
crimen

Derecho Penal

Conjunto de normas jurídico – positivas
reguladoras del poder punitivo del estado que definen como
delitos determinados presupuestos a los que asignan ciertas
consecuencias jurídicas denominadas penas o medidas de
seguridad, consecuencias accesorias.

El Derecho Penal aparece como una ciencia normativa
(debe ser) mientras que la Criminología aparece como una
ciencia del ser. Así el Derecho Penal va a utilizar un
método deductivo mientras que la Criminología
utilizará un método inductivo y
empírico.

Estas dos ciencias han mantenido unas posiciones
específicas, lo cierto es que son ciencias inseparables.
El Derecho Penal debe regular la conducta humana externa,
así mismo protegerá unos bienes particularmente
importantes en la vida social, con esto el Derecho Penal
evitará la auto justicia, al mismo tiempo el Derecho Penal
ejercerá una función de garantía y que no
sólo protegiendo determinados bienes relevantes,
también protegerá al individuo de posibles ataques
ilícitos por parte del Estado.

El Derecho Penal si prescindiera de la
Criminología se convertiría en una ciencia
teórica alejada de la realidad criminal, llevaría a
tener leyes ineficaces.

A su vez la Criminología necesita del Derecho
Penal, se delimita el objeto de la Criminología,
también el inicio del estudio de la Criminología
delimitará que conducta es o no delictiva, esto
marcará el objeto inicial del estudio de la
Criminología.

La primera dificultad, es el propio concepto de delito,
decir que la Criminología es aquella parte de la ciencia
que se ocupa del estudio empírico del delito no es decir
mucho, si no se indica lo que se entiende por delito, es el
Derecho Penal quien marca el concepto de delito, también
es cierto que la Criminología no puede limitarse ni
depender de las cambiantes normas penales. En un principio tanto
el criminalista como el penalista están subordinados al
concepto legal de delito, el criminalista si ha de partir de ese
concepto legal, en un momento determinado puede rechazarlo y de
ese modo proponer cambios en las definiciones legales.

Hoy en día se considera que el objeto de la
Criminología es el estudio de la conducta desviada y
dentro de ella también el delito o la
criminalidad.

La Criminología también se ocupará
del proceso de definición y de la sanción de la
conducta desviada. A su vez, todos los conocimientos que la
Criminología aporta, han de encontrar su reflejo en el
Derecho Penal, ya que el Derecho Penal es el que impregna el
tejido social, impondrá el cumplimiento de unas normas, si
la Criminología no encontrase este reflejo, no
sería más que una ciencia teórica, no una
ciencia práctica como es.

Hay una necesidad de que esos conocimientos se
transformen o pasen a un marco legal, se necesita una
normativización de los conocimientos
criminológicos. Será la política criminal
quien enlace estos conocimientos con el Derecho Penal.

Política Criminal

Pretende la exposición sistemáticamente
ordenada de las estrategias, tácticas y medios de
sanción social para conseguir un control óptimo del
delito. Propondrá y determinará reformas del
sistema vigente, criticando aquellas instituciones que se
consideran político criminalmente inadecuadas o
intolerables.

Su razón de ser es la renovación del
Derecho Penal, reforma de la administración de justicia y
reforma del sistema de penas. Política criminal y reforma
del Derecho Penal son sinónimos.

La Política criminal es el puente necesario entre
el saber empírico y la concreción normativa que es
el Derecho Penal, la política criminal busca y pone en
práctica los medios y las formas más adecuadas para
hacer eficaces los fines del Derecho Penal.

Esta eficacia se va a conseguir cuando la
política criminal le indique cuales son las

Para él, la conducta criminal responde a estos
dos mecanismos: Mecanismos de contención y mecanismos de
presión criminógena.

C.- TEORÍAS DEL ETIQUETAMIENTO
O REACCIÓN SOCIAL (LABELLING APPROACH)

Consideran que no se puede comprender el delito
prescindiendo de la propia relación social, del proceso
social de selección de ciertas personas y las conductas
etiquetadas como criminales.

Desde la teoría del etiquetamiento se
sostiene que el delito no se define por el acto, sino que es una
consecuencia de la norma y sanción aplicada al sujeto
llamado "delincuente"; "el desviado es una persona a quien el
etiquetamiento le ha sido aplicado con éxito, por lo que
el comportamiento desviado es el que se etiqueta como
tal".

Otros dos elementos estudiados por Becker son los
mecanismos sociales que tienden a consolidar al sujeto
transgresor en el status de delincuente, así como la
permanencia en ese rol: "carrera criminal".

Un elemento central de la teoría es el
énfasis de considerar la dependencia y valoración
de la sociedad en la construcción de la norma y el delito,
ya que este no tiene una existencia ontológica, sino que
evoluciona históricamente según coordenadas
espacio-temporales. La criminalidad que existe en lo social es
aquella surgida del establecimiento y aplicación de la
norma.

Es ilustrativo el desarrollo práctico de la
teoría del etiquetamiento que realiza Carlos Elbert
diciendo que "un niño con malos antecedentes escolares,
que luego es internado en un reformatorio y finalmente detenido
por un delito, habría caído en esa situación
como consecuencia de un proceso de etiquetamiento que le
predisponía y conducía a alcanzar el rol
delincuencial que le será asignado fatalmente". La
asunción del rol atribuido puede derivar en la
comisión habitual de delito, iniciando la carrera
criminal.

En lo relativo al estigma que se crea sobre los
adolescentes en conflicto con la ley penal, este es claramente
selectivo ya que "funciona plenamente en los casos donde el
delincuente pertenece a áreas marginadas, es difuso cuando
se trata de los sectores medios pero se torna inexistente cuando
pertenece a los sectores altos."

Por tanto, el delito y la reacción social
aparecen como término interdependientes, inseparables,
recíprocas.

La marca de la persona de conducta desviada no es nueva,
y desde los inicios siempre se ha tratado de buscar en el
criminal una marca que lo distinga.

El Derecho Penal clásico lo enlazaba con el hecho
punible, y la antropología criminal lo centraba en la
personalidad del autor. Las malformaciones cromosómicas
serían como medio de conocimiento del
delincuente.

La estigmatización sólo significa
diferenciación, destacar de forma más o menos clara
a determinadas personas y adscribir la explicación de su
conducta.

El problema del control de la conducta se
simplificaría si se pudiera conocer de forma clara el
círculo de personas peligrosas socialmente por
características fácilmente identificables. La
búsqueda de esas marcas ha producido grandes abusos
(judíos, cristianos).

Cuando tiene lugar una estigmatización aparecen
consecuencias destructivas para los afectados y para sus
familias.

Para los autores más representativos, las
conductas irregulares están repartidas con una gran
igualdad entre todas las clases sociales de la población,
pero posteriormente los mecanismos sociales conducen a una
desigual distribución del riesgo de ser detenido,
condenado posteriormente, y esos mecanismos sociales son los que
etiquetan al individuo.

Una pequeña aparte de los autores opina que en la
clase inferior no existe una criminalidad propia, pero ocurre que
esta criminalidad es creada por los llamados "procesos de
atribución".

Las normas son reglas de comportamiento elaboradas por
los grupos sociales, si una persona viola estas normas
será considerada como desviada desde el punto de vista del
grupo. No interesan las causas de desviación, son el
proceso de criminalización. Una persona se convierte en
desviada cuando otras personas más significativas la
etiquetan como tal.

Se les critica que no se ocupasen de los orígenes
de la criminalidad y sólo centran su estudio partiendo de
que es el grupo social dominante el que etiqueta al
individuo.

El control social es el que crea la criminalidad. El
interés de la investigación se desplaza desde el
desviado y su medio hacia aquellos grupos que lo definen como
desviado. Van a analizar los mecanismos de funcionamiento del
control social y las carencias no las buscan en los individuos
controlados sino en aquellos que ejercen el control.

El individuo pasa a convertirse en víctima de los
procesos de atribución y definición.

Un conducta no es delictiva por sí misma, ni su
autor será un criminal por merecimientos objetivos, son
que depende de ciertos procesos de definición y
atribución y selección al mismo tiempo.

Los agentes del control social formal, no detectan o
declaran el carácter delictivo de un comportamiento, sino
que lo generan o producen al etiquetarlo así.

El control social es altamente discriminatorio y
selectivo, esa etiqueta de criminal es repartida por los
mecanismos de control con el mismo criterio de
distribución que otros bienes (fama, riqueza…) y ese
criterio es el status y el rol de las personas.

Las posibilidades de que un individuo pueda ser
etiquetado como delincuente, no dependen tanto del delito
cometido, son que más bien dependen de la posición
que ocupa el individuo en la pirámide social.

Si en una sociedad alguien posee poder para establecer
normas (que determinen la moralidad media), también tiene
poder para escapar a esas normas.

Los procesos de aplicación de la ley penal
constituyen los mecanismos de distribución de la propiedad
negativa criminal.

8.- CONDUCTISMO

Los orígenes del conductismo se asocian a la
escuela reflexiológica rusa y a su más conocido
representante: Iván Pavlov.

Según este autor, si los reflejos no son
únicamente congénitos, pues los hay adquiridos por
aprendizaje, cabe concluir que todos los hábitos
adquiridos son respuestas condicionadas.

Así, la conducta anormal es una respuesta
inadecuada ante el medio.

a) Biológico conductual (condicionamiento del
proceso de socialización)

Se trata de la Teoría Conductista la que achaca
la etiología del crimen exclusivamente a factores
externos, estímulos y refuerzos porque entienden que las
pautas de la conducta habitualmente atribuidas a factores
internos pueden inducirse, eliminarse y reestablecerse
modificando las influencias externas del medio.

La mayor parte de los hechos delictivos constituyen
conductas adquisitivas, que se adquieren, en esa
adquisición no se requiere ningún tipo de
técnica especial, lo que va a interesar es el
porqué algunos individuos no inhiben ciertas conductas que
son socialmente inhibidas.

Aparece como la consecuencia de fallos o deficiencias en
el condicionamiento del proceso de
socialización.

El comportamiento social se adquiere a través de
un proceso de condicionamiento en el aprendizaje de las conductas
de socialización, el niño aprende a inhibir las
respuestas antinormativas mediante el establecimiento de una
serie de repuestas emocionales condicionadas ante
estímulos asociados a la conducta antisocial.

Como resultado de este aprendizaje, los actos
antisociales se verán asociados con un estado aversivo de
miedo producidos por el castigo. Serán los miedos
condicionados los que van a constituir un freno a la conducta
antisocial. El niño no llevará a cabo una conducta
que ha sido previamente castigada. La falta de
socialización ocurre en individuos a los que les alta la
habilidad para adquirir respuestas condicionadas en
general.

b) Socio conductual (aprendizaje
social)

La Teoría del Aprendizaje Social es una variante
del conductismo, muy próxima a las teorías
sociológicas del aprendizaje por transmisión
cultural.

Consideran que la adquisición de las pautas,
modelos criminales se producen mediante el aprendizaje evolutivo
que descarga en la observación e imitación del
comportamiento criminal entre otros.

Freud en "Psicopatología de la vida
moderna" dice que son meros actos o palabras fallidas, lapsus;
cada acto tiene una explicación, las teorías del
aprendizaje se oponen a las psicoanalistas, que sostienen que
muchos actos obedecen al inconsciente.

Puntos de esta teoría:

Casi toda la conducta es aprendida.

Las leyes que gobiernan este aprendizaje pueden
conocerse y medirse.

Tanto la conducta normal como la anormal, se adquieren
mediante los mismos mecanismos normales de aprendizaje. El crimen
representa un conjunto de actos aprendidos por el
individuo.

Se dice que el sujeto no nace violento, sino que lo
aprende a través de las vivencias diarias, de la
interacción con los demás.

Un elemento que avala esta teoría es el acuerdo,
por parte de los psicólogos, en la no conveniencia de que
los niños vean programas violentos en la
televisión, ya que contemplan como otros individuos
consiguen alcanzar objetivos mediante la violencia, e incluso son
recompensados. Si un niño asocia violencia con recompensa
es fácil que aprenda a actuar violentamente.

Los factores biológicos y psicológicos
pueden predisponer al individuo, pero el factor definitivo de las
tendencias criminales se debe al entorno socio –
ambiental.

En la conducta antisocial será muy importante el
aprendizaje en base a modelos, no solo se aprende en base a
recompensas y castigos sino también de lo que e observa en
otros miembros de la comunidad, y así las respuestas
punibles pueden aprenderse "viendo lo que les pasa a los otros",
se aprende, se adquiere una experiencia propia a través de
los éxitos y equivocaciones que observamos.

El castigo produce una inhibición de posibles
conductas cuando comprobamos las consecuencias negativas que les
produce a los demás.

c) Factorialistas (rasgos y variables de la
personalidad)

Estas Teorías pretenden explicar el contenido de
ciertas conductas en base a rasgos de la
personalidad
, que se irán recogiendo en test y
van a permitir comparar grupos y subgrupos de
delincuentes.

Se señala que los delincuentes suelen presentar
alguno de los siguientes rasgos:

Conciencia débil

Escaso sentimiento de culpa

Rechazo de la autoridad

Tendencia al agrupamiento con otros
delincuentes

Impulsividad

Mínimo autocontrol

De todas las características que se pueden
presentar hay una a la que se le ha prestado gran importancia, la
inteligencia.

Al hablar de delincuencia e inteligencia se plantea la
gran interrogante, ¿son los delincuentes menos
inteligentes?.

No puede afirmarse que los delincuentes sean menos
inteligentes, se constata la presencia de delincuentes
brillantes. Es obvio que hay delitos que requieren para su
comisión un alto grado de inteligencia.

9.- TEORÍAS DE LA FRUSTRACIÓN –
AGRESIÓN

Estas teorías se elaboran sobre la base de la
exploración de la reacción de los negros ante las
frustraciones experimentadas en una comunidad del sur de Estados
Unidos.

Las teorías son una combinación entre
conceptos psicoanalíticos y principios conductistas y
apuntan a la estrecha relación existente entre
frustración y su consecuencia necesaria de agresión
directa o indirecta.

El postulado básico es: la conducta agresiva
siempre presupone la existencia de frustración y, por el
contrario, la existencia de frustración siempre conduce a
alguna forma de agresión.

Todo individuo podría actuar criminalmente pero
se ve neutralizado por los vínculos sociales que le van a
solicitar que tenga una actitud conforme a derecho, y
servirán de dique a cualquiera. Cuando fracasan sus
mecanismo de control, se produce un quiebre y ello conduce al
crimen. Se plantea si todo individuo cuenta con el potencial
necesario para violar las leyes y la sociedad ofrece varias
opciones.

¿Por qué se obedecen las leyes?
Según la escuela clásica la respuesta es por el
miedo y por los vínculos existentes entre personas
interrelacionadas íntimamente.

Aparece la teoría del arraigo social
(representada por HIRSCHI), que pertenece a las llamadas
de vinculación y consideran que ésta es lo que hace
que el sujeto se ajuste a derecho. La consulta viene determinada
por el vínculo emocional que une al individuo con personas
significativas.

En este vínculo descansa el compromiso frente a
los demás. Cuando se rompe el vínculo aparece la
criminalidad. Piensan que el delincuente puede ocasionar
más consecuencias dañinas en las relaciones con
otras personas y también con instituciones y es el miedo
el que frena al individuo. El crimen sería el resultado de
un debilitamiento de las relaciones.

Hay cuatro factores que determinan el arraigo en la
sociedad:

1.- Apego y la consideración hacia
personas
. La falta de estos hacia determinadas personas
(característica de la personalidad psicótica) va a
conducir hacia una falta de respeto hacia los
demás).

2.- Identificación y compromiso con los
valores convencionales.

3.- La participación en actividades
sociales
. El ocio y la desocupación pueden
potenciar una actitud delictiva. La vida social supone un
alejamiento del delito.

4.- Las creencias suponen un importante
freno al delito, ya que supone un respeto hacia los derechos de
los demás.

El Control Social, por otra parte, puede analizarse
desde dos puntos de vista distintos:

1.- Desde el punto de vista del individuo
social
, considerando en forma abstracta al hombre en su
naturaleza social, pero alejado en el momento presente de la
influencia del grupo. El hombre vive en grupos, interactúa
con los demás individuos en el grupo e interactúa
con los grupos.

Es así, durante su proceso de
socialización, que se configura su naturaleza social. La
sociedad nos "educa" para sus fines: nos dice cuáles son
las metas que debemos buscar (metas sociales), y también
cómo y por qué caminos lograrlas. Sabemos, por lo
tanto, lo que la sociedad no comparte como metas y los caminos o
vías proscriptas para sus fines.

Mediante el proceso de socialización, la sociedad
busca encaminarnos al camino "correcto". Los alejamientos o
desviaciones de ese camino, deben, por lo tanto, estar previstos
por la sociedad o el grupo y, por supuesto, deben estar
sancionados. Estas previsiones y soluciones componen
también el proceso de socialización, de forma tal,
que al igual que las normas, forman parte de nuestros
pensamientos. Hemos asumido, hemos interiorizado, las pautas
sociales (esto, por supuesto, en la gran
mayoría.

Según la teoría de la
interacción simbólica, el control social
depende de la capacidad del hombre para ser objeto a sus propios
ojos y para asumir el papel del otro.

Esta interacción propia y esta empatía
hacen que el control social sea, excepcionalmente, una
cuestión de dominio de sí mismo.

Debido a que la persona "asume el papel del otro", sabe
lo que se espera de él. Al ser un "objeto de sus propios
ojos" y capaz de interacción propia, puede detenerse y
reflexionar, imaginar las probables reacciones de los otros a sus
posibles acciones, reprimir sus impulsos y orientar su conducta.
Obra para defender y realzar la propia imagen que ha sido formada
en la interacción social. En la madurez, su conciencia
incorpora para el otro generalizado como una serie de principios,
y de este modo empeña su propia imagen.

Las sanciones internas han reemplazado al temor de ser
castigado por haber violado los tabúes o normas de la
sociedad.

2.- Desde el punto de vista del grupo, pues se
sabe que un grupo está formado por un conjunto de personas
que tienen fines o metas comunes, etc., pero, para este tema, dos
de sus características son fundamentales: tiene o
establece normas para sus integrantes, normas sancionadas, y es
selectiva.

Todo grupo tiende a su perpetuación, a mantenerse
a través del tiempo y las personas. Es por ello que escoge
a sus componentes (siempre que sea posible) y trata de amoldarlos
a sus exigencias, para lo cual establece normas o pautas de
conducta que en caso de ser voladas acarrean una sanción
más o menos grave (puede constituir en la expulsión
del grupo.

Podemos decir, entonces, que el control social del grupo
se realiza por medio de la enseñanza de esas normas y por
la aplicación de las acciones correspondientes. Todo ello
constituye la cultura: es el conjunto trabado u organizado,
más o menos formalizado, de maneras de pensar, sentir, y
obrar que son aprendidas y compartidas por una pluralidad de
personas, sirven de modo objetivo y simbólico a la vez
para constituir a esas personas en una colectividad particular y
diferente.

Dentro de la cultura encontramos pautas ideales de
comportamiento, modelos o metas, y por otro lado pautas reales de
comportamiento, éstas constituyen la conducta común
de los individuos, las costumbres. La distancia entre estas dos
clases de pautas debe ser mínima y a eso contribuyen las
sanciones. La gran distancia lleva a la anomia y a la
desviación social.

La concepción que toda sociedad se configura como
un sistema de relaciones sociales (Parsons 1959) no excluye y,
por el contrario, enfatiza el papel que el derecho cumple en la
integración social.

10.- INTERACCIONISMO
SIMBÓLICO

Por otro lado el interaccionismo simbólico
concibe al individuo como activo frente a la sociedad de la que
es parte. La comunicación es un elemento central de la
interacción individuo-sociedad, valiéndose de los
símbolos como el lenguaje para interpretarla. Esta es una
teoría de la "significación, conforme a la que los
seres humanos buscan cosas según el significado que tienen
para ellos, en medio de constante interacción
social.

El interaccionismo simbólico plantea una idea de
orden y progreso basada en el consenso que implica la
comunicación para el autocontrol de la persona.

TIPOS DE DELINCUENCIA EN
CHILE

En Chile encontramos al menos 5 tipos diferenciales de
delincuencia:

(1) Un tipo de delincuencia urbana masculina
extrema:
característico de las grandes urbes
industriales y comerciales. Este tipo de delincuencia concentra
en la actualidad un 90% de los delitos contra la propiedad;
presenta la más alta reincidencia y habitualidad delictual
comparativa.

Es el único tipo de delincuencia que se
caracteriza por sustentar una contracultura compleja,
directamente asociada a una economía contractual,
redistributiva violenta.

Presenta roles laborales bien definidos (para ellos
robar es un trabajo, es decir, lo perciben como un trabajo) y una
estratificación social alternativa a la normativa: un
Código Ético, un Código Penal, un lenguaje
diferencial (coa); una música específica,
especialmente, la importada por los ladrones internacionales o
europeos.

El 98% de ellos pertenece al estrato bajo y la mayor
parte de ellos son jóvenes y solteros.

(2) Un tipo de delincuencia rural masculina
no-mapuche:
este tipo de delincuencia es
característico de las áreas ecológicas
rurales tradicionales y particularmente de aquellas con
economías de cuasi autosubsistencia.

Concentra un 79% de delitos específicos
predominantes, el homicidio y la violación en el marco de
la subcultura rural tradicional.

En estas áreas ecológicas rurales
tradicionales, el delito de homicidio se asocia a riñas
con alta ingestión de alcohol enmarcadas en una subcultura
machista y violenta, donde la ofensa es sancionada
drásticamente con la venganza y la mancomunidad penal.
Carecen de asociación diferencial, no presentan
ningún tipo de contracultura y sustentan bajos grados de
modernismo mental, bajísima reincidencia y habitualidad
delictual.

(3) Un tipo de delincuencia rural masculina
mapuche:
este tipo de delincuencia concentra en
términos similares al tipo de delincuencia rural masculino
no – mapuche, un 74% de delitos contra las personas, la familia y
la moral. Sin embargo, casi no presenta delitos sexuales,
alcanzando la cifra más baja comparativa, de 4%, dada una
mayor permisividad sexual existente en la cultura
mapuche.

Los homicidios se relacionan predominantemente con las
consecuencias del proceso de conquista, que asume diversas
formas, entre ellas, la uti1ización del alcohol
metílico durante la "pacificación" y en
consecuencia la adquisición de conductas de consumo de
alcohol patológicas, problemas legales e ilegales de
pérdidas de tierras asociados, según ellos, a la
usurpación histórica de éstas, problemas con
la justicia relativos al acceso a ella (por problemas de dinero),
al idioma (no le entienden al juez y éste no les
comprende), al prejuicio (según ellos la justicia favorece
al huinca) y a la acción inescrupulosa de algunos de sus
representantes, etc. Se relacionan además situacionalmente
con expresiones culturales propias (Código Penal) y
radicalmente con problemas derivados del choque cultural. Muchos
mapuches no entienden por qué están presos "si
dieron su merecido al huinca ladrón" (Cooper. D.
1989).

(4) Un tipo de delincuencia urbana femenina:
sujeta a un proceso de modernización que implica una
creciente participación entre delitos contra la propiedad,
los que fluctúan entre 50% y 79%, dependiendo del grado de
urbanización e industrialización de la
urbe.

Sin embargo, predominan aún como delitos
específicos aquellos asociados directamente a la
subcultura femenina, como los parricidios y homicidios (de
cónyuges o convivientes por largos años de malos
tratos físicos), infanticidios y abortos.

El comportamiento de la mujer en delitos contra la
propiedad también adquiere en general la forma asociada a
la subcultura tradicional femenina, participando particularmente
como cómplice, señuelo o encubridora de varones
autores, a los cuales las unen lazos efectivos o de
convivencia.

Sin embargo, crecientemente la mujer se incorpora a la
contracultura del hampa, participando activamente como ladrona y
sustentando los mismos valores de los ladrones varones urbanos,
como lo hemos podido detectar empíricamente en la
investigación que nos encontramos desarrollando en la
actualidad (1994). Nos ha sorprendido descubrir como la mujer –
al igual que el hombre ladrón – se autodefine y
autopercibe como "ladrona-ladrona", – con gran orgullo y sustenta
especialidades delictuales que percibe como "trabajo".

Presentan en general baja reincidencia, baja
habitualidad delictual y bajo modernismo psicosocial, salvo las
ladronas profesionales. La participación en la
contracultura es generalmente indirecta, a través de sus
compañeros efectivos, pero todo indica que la mujer se
moderniza e independiza crecientemente, incluyendo en este
proceso la conducta delictual de las mujeres ladronas.

(5) Un tipo de delincuencia rural femenina: que
concentra un 79% de delitos contra las personas, la familia y la
moral, específicamente femeninos y que en zonas rurales
tradicionales extremas llega a un 65% de delitos que implican
matar.

Los delitos predominantes son el parricidio (del
cónyuge) y el homicidio (del conviviente), por malos
tratos físicos durante largos años de convivencia
familiar. El tercer tipo de víctima corresponde a los
hijos.

LA TOLERANCIA CERO

La seria preocupación creada en la
ciudadanía y los medios políticos chilenos por el
incremento tangible de la delincuencia, y la violencia que
frecuentemente caracteriza los hechos delictivos, ha llevado a
muchos a clamar por soluciones nuevas y diferentes para este
problema. La más publicitada ha sido la llamada Tolerancia
Cero.

Este sistema ha sido repetido en Inglaterra, Australia,
Argentina, Brasil y otros países.

El creador de este método policial, es William
Bratton, ex Comisionado del Departamento de Policía de la
ciudad de Nueva York (NYPD) y que se ha transformado en un
exitoso consultor internacional.

El término como actitud

Al examinar la reciente autobiografía de William
Bratton, se describe su carrera de administrador policial y las
estrategias que le permitieron hacer el "giro" total de la
policía de Nueva York en su modo de operar y enfrentar la
realidad delictiva.

El origen del término "Tolerancia Cero" parece
estar dentro de la esfera de relaciones públicas del
gobierno de Ronald Reagan. Este, puso esta frase en
circulación en la década de los 80, para subrayar
la actitud de intolerancia total dentro de su política
antidrogas. Reagan, marcó así, un hito personal en
la entonces última de muchas "guerras"
antinarcóticos que desde Nixon los presidentes
iniciaron.

La expresión "Zero Tolerance", con su resonancia
fonética, se infiltra en otras áreas del quehacer
público (como la educación y la
administración laboral).

Eventualmente, el no suscribir una política de
"zero tolerance" significa ser débil e incapaz de manejar
tanto una escuela como un departamento de Policía. El
término llega a ser la actitud: la actitud correcta es
declararse intolerante.

Desde el ángulo académico, surge la otra
vertiente de esta doctrina de intolerancia o mano dura dentro de
los servicios policiales.

En 1982, se publica "Ventanas Rotas", un artículo
sobre el descalabro social y delictivo urbano
norteamericano.

Sus autores, James Q. Wilson, un cientista
político de derecha y George Kelling, un
criminólogo, declaran que tolerar las conductas
incivilizadas que se manifiestan en crímenes menores o
faltas municipales (ebriedad pública, prostitución,
mendicidad) es crear el miedo ciudadano. Las autoridades
policiales, al no actuar, indican a la comunidad y a los
delincuentes que la situación y condición del orden
público dentro de ciertas áreas no tiene
importancia para ellos.

Consecuentemente, aumenta el miedo y se envalentonan las
acciones de los depredadores sociales.

Kelling, cree también que tanto el problema del
crimen como el de las conductas antisociales que ocurren en las
calles y espacios públicos, han sido objeto de un
fenómeno que él denomina "depolicing". Este es,
básicamente, la aceptación de la anarquía
urbana por parte del gobierno y la policía. Esta actitud,
producto de una permisividad cultural extrema, proclama que las
causas de la delincuencia tienen orígenes complejos sobre
los cuales la policía tendrá poca o ninguna
influencia.

La metáfora de "las ventanas rotas" sugiere,
entonces, un proceso de deterioro que empieza cuando se permiten
las ventanas rotas en un edificio. Este deterioro atraerá
más vandalismo y pronto el edificio y luego el barrio
entero se vendrán abajo.

Con esta nueva política impuesta por Bratton,
primero a cargo de la policía del metro neoyorquino, y
luego como Comisionado de Policía de la ciudad, de no
ignorar, sino, por el contrario, atacar las faltas y los delitos
menores con un arresto físico en lo posible, el
policía promedio ya no ejercita la llamada
"discreción policial".

Esta drástica reacción policial, es la que
parece verse como la totalidad y la efectividad de la "Tolerancia
Cero".

Estrategia discriminatoria

Dos hechos sorprenden al examinar evaluaciones sobre la
tolerancia cero. El primero, es que no existen estudios ni
comentarios especializados o policiales que se pronuncien en
forma positiva sobre esta doctrina.

Las evaluaciones especializadas concluyen, en forma casi
unánime, que la táctica policial de responder con
un arresto a las infracciones menores, tiene resultados
negativos, a menudo discriminatorios, ya que frecuentemente
conlleva acciones violentas por parte de los policías.
Pero, más importante aun, la estrategia parece producir la
separación antagónica entre la policía y la
comunidad que todos, incluyendo la policía, ven como
negativa.

El segundo hecho es que la tolerancia cero es, hoy
día, una teoría huérfana. Sus creadores
niegan una relación directa con ella.

Bratton señaló que "Nueva York nunca
aplicó la tolerancia cero; lo que aplicó, fue una
policía comunitaria".

John Kleinig, uno de los principales especialistas
universitarios en ética y moralidad dentro del
ámbito y misión policial, ha escrito recientemente
sobre la necesidad de examinar los costos cívicos y
morales asociados al crear lo que él llama "un
medioambiente sanitizado y libre de molestias".

Para Kleinig, esta doctrina reforzará y
exacerbará la estratificación social existente, sin
proteger a la mayoría de la ciudadanía, la cual
reside en los estratos menos protegidos y pudientes de la urbe.
En lo que se refiere al crimen de "cuello blanco", este
seguirá teniendo una baja prioridad.

Criminología
contemporánea

El surgimiento de las primeras discusiones relativas al
término de peligrosidad social, se remontan a finales del
siglo XIX y a principios del Siglo XX en Europa en el marco de
las manifestaciones de la crisis del capitalismo liberal. El
delito busca su complementación en el término
peligrosidad social.

Concretamente, en Italia surge el concepto de
peligrosidad social inspirada en la Escuela
Positiva cuyo referente es el orden social natural; de
allí la percepción de que los conflictos sociales
constituyen problemas del individuo que, además, debe
respeto al todo, en tanto el cumplimiento de las leyes y normas
para garantizar la armonía de la sociedad.

Existen cuatro tendencias o enfoques en el pensamiento
criminológico:

1.- La que se conoce como la corriente
interaccionista o sociológica, que parte del
precepto de que la sociedad selecciona los
delincuentes;

2.- La tendencia clínica que como
su nombre lo indica, se orienta al estudio clínico y,
concretamente, en el tratamiento de los delincuentes en base a la
investigación de la personalidad criminal, su
tipología etc.;

3.- La política criminal
identificada por el estudio de la criminología como
ciencia de la defensa social; y

4.- Finalmente la corriente de la llamada
criminología crítica que surge como
respuesta a las anteriores partiendo del cuestionamiento a la
criminología misma y promoviendo una nueva.

Las ideas que en torno a la criminología
contemporánea o criminología crítica
se
han planteado son las siguientes.

La Criminología Crítica, es entendida como
la tendencia jurídico – penal y de la sociología
criminal
desarrollada en los últimos veinte
años como instancia crítica de la justicia penal
vigente en el mundo occidental.

Se le atribuye a la criminología
crítica
haber promovido en el mundo académico
una revolución científica; el giro al estudio de
las causas de la criminalidad partiendo de la denuncia a la
justicia penal marcada, desde esa perspectiva, por su
selectividad a favor de las clases pudientes así
como el tratamiento político de lo delictivo, lo que le ha
asignado, además, el carácter de ciencia
política a esta corriente de pensamiento.

Esta tendencia tiene diversas expresiones en el llamado
Neorrealismo de Izquierda, el Derecho Penal
Mínimo
y el Abolicionismo del sistema
penal.

1º. En el Neorrealismo de izquierda
se identifica a los promotores de la Criminología
crítica o nueva, ubicando su nacimiento en Inglaterra y
los Estados Unidos en el año de 1968 en el marco de la
organización de la Conferencia Nacional de la
Desviación.

Se destacan entre otros a Young, Lea, Taylor Kinsey,
Mathews, Platt Tagaki
y, en Latinoamérica, a la
conocida y muy destacada socióloga venezolana Rosa Del
Olmo
.

Como su nombre lo indica, surge como una
crítica al idealismo que caracterizaba a la
disciplina,
de allí el calificativo de neorrealismo,
y, posteriormente, como respuesta a la tendencia neorrealista
surgida en los años 80 coincidente con las campañas
de "Ley y Orden" promovidas por el Presidente norteamericano
Ronald Reagan y la Primer Ministro de Inglaterra Margaret
Tacher.

Entre los Principios rectores del neorrealismo de
izquierda
se señala que:

A.- La criminología debe regresar al
estudio de las causas del delito
;

B.- Se resalta la necesidad de elaborar una
Sociología de la Desviación

concibiéndose al delito desde esta perspectiva, es decir
como una manifestación de las injusticias sociales que
promueven la exclusión responsabilizando al Estado de la
marginación de amplios sectores de la
población;

C.- La pobreza, el individualismo y la
competitividad constituyen entre otros los factores que estimulan
el delito; éste es definido, además, como
"intraclasista" ya que enfrenta a los pobres entre sí
"olvidando al enemigo principal como lo es la naturaleza injusta
de la sociedad", contribuyendo a la "desintegración de la
clase trabajadora, disminuyendo su capacidad de
lucha".

2º. La corriente identificada como el
Derecho Penal mínimo, surge en Europa y es la que
mayor influencia ha ejercido en América Latina; se
orienta hacia la reducción de la pena con
intención de abolirla.

Plantea que las "clases subalternas" son las
más criminalizadas
y las más
victimizadas.

Parte de una crítica al sistema penal y plantean
su abolición, para unos, de la cárcel y, para
otros, del sistema penal total, pero deberá transitar por
un período en el que paulatinamente vaya
reduciéndose al mínimo.

Se trata de identificar las causas del delito desde dos
aspectos fundamentales: De una parte, del conocimiento de los
procesos de criminalización
y, por otra parte, la
identificación de los comportamientos socialmente
negativos
.

Señalan la importancia y la necesidad de la
interdisciplinariedad interna (propio de la sociología
jurídico – penal) y de la interdisciplinariedad externa es
decir, del tratamiento de lo penal desde otras
disciplinas
.

Consideran que una eficiente política criminal
requiere de profundas transformaciones sociales e institucionales
que garanticen la igualdad y la democracia.

En ésta corriente de pensamiento se encuentran
Baratta, Ferrajoli, Melosi, Bergalli, Aniyar de Castro,
Raúl Zaffaroni, Fernández Carrasquilla y
Sandoval
entre otros.

3º. Los llamados Abolicionistas del
sistema penal,
se oponen al manejo de los términos
"delito" y "peligrosidad" ya que consideran que su
utilización por el derecho y la justicia penal se hace en
función de una concepción que considera estos
hechos "como algo natural"; destacándose además, la
utilización de éstos conforme a los intereses de
clase y de quienes detentan el poder.

Se señala que los orígenes de esta
corriente se ubican en el siglo XVIII en el marco del debate en
torno a la prisión como pena; quienes abogaban por
éste, lo hacían motivados a erradicar las
prácticas de castigos físicos
característicos de la época.

No obstante, no es sino hasta el año de 1983,
cuando aparece como movimiento en el Congreso Mundial de
Criminología celebrado en la ciudad de Viena.

Se destacan como representantes de esta corriente a
Bianchi, Mathiesen, Christie, Hulsman y
Steinert
.

Como alternativa al sistema penal plantean:

A) El manejo de nuevos términos,
tales como, implicados, situaciones, problemas, penitencia y
deuda entre otros.

B) Justicia consensual en la que se reivindica
valores propios de las sociedades primitivas.

C) Sistema que garantice la igualdad de
condiciones
en el marco de un proceso en donde las decisiones
dependen de los implicados.

D) Justicia conciliatoria a fin de evitar las
causas que reproducen la violencia.

Luego de este breve repaso en torno al
debate planteado en los últimos años en el marco de
la llamada Criminología crítica, conviene
señalar que desde hace muchos años la ley y el
delito, en tanto reglas sociales y sociedad, eran temas de
interés de destacados filósofos y pensadores de la
historia.

Platón desde el punto de vista
filosófico consideraba al delincuente como un enfermo, y a
la pena como una necesidad para su erradicación y salud
social.

Otros como Tomás de
Aquino(1225-1274), Hobbes y Beccaria (1774) también
emitieron juicios en torno a estos términos.

No podemos dejar de destacar a Durkheim y a Marx. El
primero de ellos, consideraba que la Ley era el reflejo de la
conciencia social de una sociedad; en cambio Marx, como el
instrumento de la burguesía para controlar el
poder.

La visión del delito y la ley, como
fenómeno político y de control social, no es
exclusiva de estos pensadores.

Dahrendorff (1959) señalaba que la
coherencia y el orden en la sociedad se fundamentan en la fuerza
y la coerción, en la dominación de algunos y el
sometimiento de otros.

A modo de reflexión se puede inferir, entonces,
que los Códigos Penales que rigen hoy en nuestros
países, son, por una parte, reflejo de nuestra sociedad y
de su capacidad de asimilar las nuevas realidades, y por otra
parte, de su voluntad de redefinir sus instrumentos y modernizar
sus instituciones que hagan viable operar los cambios que
deberán estar orientados a procurar la justicia social y
garantizar el respeto a la dignidad humana.

* En noviembre de 1872, Lombroso
realizó una autopsia en el cuerpo de Giuseppe Villella, un
viejo calabrés que él había examinado ya en
la prisión el año anterior. La autopsia que
Lombroso realizó en el cráneo de Villella
reveló una anomalía en la estructura craneal, una
concavidad lisa en el área occipital descrita como la
foseta occipital mediana. El descubrimiento de la foseta
convenció a Lombroso que esta anomalía no estaba
presente en individuos "normales", sino, solamente en los
cráneos de locos y de criminales y esa es la "prueba" que
los criminales llevan: insanos, criminales, individuos salvajes,
humanoides y el comportamiento irregular de toda especie,
criminal y psiquiátrico tiene una sola causa atavistica.
Los estudios en la causa del crimen y de la teoría del
crimen atavistico se contienen en el volumen (hombre criminal)
publicado en 1876, año en el cual Lombroso se movió
a Turín para tomar la cátedra de medicina forense
en la universidad. Él instaló, más adelante,
un laboratorio que debía convertirse en la fragua para el
suyo. Investiga en medicina forense y antropología
criminal. Lombroso modificó posteriormente parcialmente su
teoría original del hombre criminal.

Giuseppe Villella , viejo, sospechado de bandidaje y
condenado tres veces por hurto y delito de incendio,fue examinado
por Lombroso durante una visita que él pagó en la
Penitenciaría en que Villella estaba. Después que
él muriera en la prisión, en noviembre de 1872,
Lombroso realizó una autopsia en su cuerpo. La
examinación anatómica del cráneo de Villella
reveló una anomalía craneal que Lombroso
describió como "foseta occipital mediana, un espacio
ocupado normalmente por la cresta occipital". Lombroso, muchos
años después de su descubrimiento de la foseta,
recuerda la manera que él se sentía en ese
entonces: "la vista de ese fossette apareció
repentinamente a mí como un amplio llano debajo de un
horizonte infinito, la naturaleza del criminal fue iluminada,
él debe haber reproducido en nuestros días los
rasgos del hombre primitivo que iban detrás hasta los
carnívoros." Cesare Lombroso era un hombre famoso en el
siglo XIX porque él demandó haber descubierto la
causa del crimen. Publicaron su trabajo principal "El
hombre criminal", en 1876. Lombroso demandó en estos
libros que en investigaciones anatómicas los cuerpos post
mortem de criminales revelaron que los criminales eran
físicamente diferentes de la gente normal. Él
mantuvo que los criminales tienen stigmata (muestra del
Gr.) y que este stigmata consiste en las dimensiones anormales
del cráneo y de la quijada. Lombroso incluso
demandó que diversos criminales tienen diversas
características físicas que él podría
discernir. Su libro, el hombre criminal, alcanzado seis
ediciones. En un tiempo, y bajo la influencia de su yerno Enrique
Ferrero, Lombroso incluyó la visión que los
factores sociales causan mucho de crimen y que no es innato todo
el crimen. La teoría de Lombroso del atavismo
refiere al atava, que es la palabra latina para
el antepasado.

Lombroso creyó que los criminales eran regresos a
los hombres de Neanderthal, es decir, a nuestros antepasados
primitivos.

El Neander es un río en Alemania. La palabra
"tal" es alemana para el valle. En el Neandertal, los
arqueólogos encontraron algunos huesos de los hombres
primitivos que resaltaron quijadas y que retrocedieron frentes
mucho más que verdades de hombres modernos. Lombroso
pensó que él encontró las mismas
características entre criminales y por lo tanto que los
consideraba los regresos a Neanderthals primitivos. Durante la
guerra Austro-Italiana de 1859, Lombroso sirvió como
médico del ejército. Después, fue profesor
de la psicología y de jurisprudencia médica en las
universidades de Pavía y de Turín. Aquí
él condujo estudios antropomorfos (del griego "estructura
del hombre") detallados usando cadáveres para centrarse en
la forma del cráneo como indicador de la
anormalidad.

En cualquier caso, Lombroso continuó su carrera
como director de un "asilo mental" (casa de la tuerca) en Pesaro.
Allí él reescribió a su hombre
criminal
y en la edición discute las razones sociales
del crimen junto con algunas penetraciones
psicológicas.

A su yerno Ferrero lo influenció indudablemente,
con quien él publicó el delinquente de la
donna,
es decir el delincuente femenino. Este libro es de
naturaleza sociológica y psicológica. Además
de Lombroso y de Ferraro, Garofalo y Ferri pertenecen al
positivismo o a la escuela italiana de
Criminología.

Lombroso también fue el primero en trabajar en
una curación para el pellagra, una enfermedad de la piel
causada por deficiencia de la vitamina.

* Alphonse Bertillon (1853-1914) era oficial de
la aplicación de la ley y el investigador francés
de la biométrica, que creó la antropometría,
un sistema de la identificación basado en medidas
físicas. La antropometría era el primer
policía científico del sistema usado para
identificar a criminales. Hasta este tiempo, los criminales
podrían ser identificados solamente por el testigo
presencial, que se sabe, no es fiable. El método fue
suplantado por la huella dactilar. Alphonse Bertillon
nació el 23 de abril de 1853 en Paris.

En 1882 presentó un sistema criminal de la
identificación conocido como antropometría pero
también conocido más adelante como
bertillonage en honor de su creador. En este
sistema, la medida del cuerpo de la cabeza y de cuerpo, de las
marcas individuales – tatuajes, las cicatrices –y de las
características de la personalidad identificó a la
persona. Las medidas fueron hechas en un fórmula que se
aplicaría solamente en una persona y no cambiaría.
Él lo utilizó en 1884 para identificar a 241
delincuentes múltiples, y el sistema fue adoptado
rápidamente.

Bertillon también estandardizó el tiro
"criminal de la taza" y el cuadro de la evidencia. Él
desarrolló la "fotografía métrica" que se
prepuso utilizar para reconstruir la dimensión de un
espacio particular y la colocación de objetos en ella. Los
cuadros de la escena del crimen fueron tomados antes de que la
escena fuera disturbada de cualquier manera. Él
utilizó las esteras impresas con los marcos
métricos que fueron montados a lo largo del lado de las
fotografías. Las fotografías representaron vistas
delanteras y laterales de un objeto particular.

Un tiro de la taza (o el mugshot) es un retrato
fotográfico tomado inmediatamente después que se
arresta a uno. La mayoría de los tiros de la taza son
bipartitos, con una foto de la lado-vista, y una
delantero-vista.

Comúnmente, al acusado se pide para sostener una
tarjeta con el su nombre, la fecha, y la otra información
sobre él. El término deriva de la taza,
término estadounidense del argot para la cara. La frase
también ha venido referir a cualquier cuadro
pequeño de una cara usada por cualquier razón.
Bertillon murió el 13 de febrero de 1914 en
Münsterlingen, Suiza.

Bibliografía

Este manual está basado en el
folleto de Criminología, del Mg. Jorge D. Correa
Selamé, Abogado-Profesor de Derecho Procesal.

 

 

Autor:

Ing.+Lic. Yunior Andrés Castillo
S.

"A LA CULTURA DEL SECRETO, SI A LA LIBERTAD
DE INFORMACION"

Monografias.com

Santiago de los Caballeros,

República Dominicana,

2014.

"DIOS, JUAN PABLO DUARTE Y JUAN BOSCH – POR
SIEMPRE"

Partes: 1, 2
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